miércoles, 29 de junio de 2011

El Prado

 Colinas etéreas de infinitos matices, transguediendo azules fronteras de lagos imaginarios arrostrando zurcos de infancia, infancia inexistente .Cielos, cielos que alguna vez fueron su destino, errante  destino de inequívoca existencia.
Colores entremezclados desdibujan un sinfin de imágenes y formas que antes, antes llenaban su ser...
Recostada sobre un cerro imaginario aguardaba la llegada de un nuevo amanecer.Era su costumbre visitar los prados en flor,entrelazar sus diminutos dedos entre  la tierna hierba silvestre que rodeaba  el cerro ( su cerro).
Cada día acarreaba una ola inmensa de incertidumbre,concentrarse en aquel paisaje auyentaba sus demonios y llenaba su alma de anhelos nuevos,entre ellos, abrazar la idea de que aquel fantasma desdeñoso y vil se esfumara, desapareciera y la dejara, al menos, vivir.El tiempo, ese tiempo desperdiciado entre locura, soledad, miedos y cuánta cosa extraña arremetiera contra su joven vida sería el protagonista máximo de su presunta locura y arrebato, arrebato producido por influencias externas ( no es que fuera loca como decían sus allegados) supo defenderse y sobrevivir,pero ya no más...
Aquel día estaba decidida a todo, soltar por fin su verdad costábale la vida, ya nada tenía sentido y la carga que llevaba consigo pesaba sobre su alma,perforaba sus sentidos y hacía trizas todo instante de cordura. Aquel prado le pertenecía, era suyo desde el lago que atravesaba el camino hacia su inconsciente ,hasta la arboleda soñolienta de frágiles estados anímicos arrosando heridas, cicatrices y desdichas.
Ensimismada en aquel sitio luchaba con ella misma,un solo acto definiría al fin su estado y dejarían  de atormentarla aquellos monstruos de horrible apariencia, por otro lado temía a  lo que le depararía el otro lado del prado, ¿ sería allí libre de  desenfranados escarníos? bastaba sólo una fracción de segundo para definirse entre viva o...¿ valía la pena saldar su pasado a costa de perder su propia vida? si al fin y al cabo, era lo único que le pertenecía, ella, su vida!.Hacía años  escuchó al pasar que el tiempo sería su cómplice, acallaría sus penas y tribulaciones y sancionaría cada acto impune dejándola al fin acta para poder " vivir", quizás no era su tiempo...
Aquel día habíase vestido de blanco,su largo cabello rojizo caía en monumental cascada hasta tocar sus delicados pies, blancos como toda su piel, sus ojos  esmeralda contrastaban con un cielo de grises tonalidades,llevaba una manta labrada con finos hilos de seda de un suave color marfil,bajo su vestido podían verse sus senos firmes y delicados,( tal vez anhelaba sentirse deseada y poseída) no como aquella vez...
El reloj de arena en su frágil imaginación señaló la hora, el tiempo había llegado, tomó su canasta y con los mismos dedos frágiles con los cuales cada mañana acariciaba la tierna hierba silvestre tomó la pequeña navaja y cortó sus venas...
El prado, aquel prado llevó prisionero su más vil recuerdo,su muerte y con ella el secreto escrito en una nota en la cuál contábale a mundo el porqué de su fatal decisión...

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